Con obras de Bach, Beethoven, Liszt, y Mesiaen, la Catedral de León acoge esta tarde un nuevo concierto del Festival Internacional de Órgano, que en esta ocasión contará con Giampalo di Rosa, uno de los compositores más brillantes del momentoPianista, organista, clavicembalista, compositor, improvisador, investigador y pedagogo, durante los últimos años ha desarrollado nuevas ideas y posibilidades técnicas para actualizar los recursos polifacéticos del órgano ibérico, considerando sus registros y posibilidades sinfónicas.
Nacido en 1972 en Cesena (Italia), en la actualidad está involucrado de manera activa en diferentes unidades de investigación europeas y ha llevado a cabo gran número de publicaciones, obras y discos. Así, en el 2011 compuso dos obras para órgano: Pfingstmesse (Missa para órgano de Pentecostes), que se estrenó en el festival de Ratingen e Itxasoan (Poema sinfónico sobre un tema vasco), interpretado por vez primera en la Quincena musical de San Sebastian.
Giampalo di Rosa ha completado siete carreras de estudios en Italia, Alemania, Francia e Portugal, consiguiendo el Máster en performance y el Doctorado en análisis en 2007. Un año antes, había interpretado el ciclo integral de las Sonatas para piano de W. A. Mozart. Su repertorio comprende todas las épocas y las obras integrales de J. P. Sweelinck, J. S. Bach, C. Franck, F. Liszt. O. Messiaen, también improvisación, obras de propia autoría y de música de los siglos XX e XXI. El organista es además director artístico de festivales internacionales de órgano, y, entre los hitos de su carrera está el de haber sido el organista titular de la Catedral Primacial de Braga, organista ad honorem de la Iglesia del Seminario Mayor de Porto y también consultor de variadas instituciones.
Destaca di Rosa que uno de sus pensamientos desde el día que visitó por vez primera la Catedral de León es cómo en este lugar, «sobre la representación de la naturaleza y de la materia que durante siglos, el hombre ha utilizado artísticamente para contribuir a crear esa belleza, en cuyo ámbito se coloca también lo que no se puede mirar ni tocar: el sonido». Para el compositor, el órgano es el rey de los instrumentos y el instrumento de la Iglesia, para las celebraciones litúrgicas y para los conciertos. «Un órgano en sí mismo, y en particular este nuevo órgano de la Catedral de León, es un monumento del ingenio humano. Con ese instrumento se materializan las posibilidades realmente infinitas de producir continuamente lo que no es material, y que solo puede ser escuchado: el sonido con todos sus colores», manifiesta Giampalo di Rosa, para quien el nuevo órgano es potencialmente mayor que una orquestra sinfónica y capaz de la ejecución de todo tipo de música. «Es, para decirlo con Olivier Messiaen, un arco iris de sonidos», sostiene.
Añade que «esta selva de sonidos creados por el nuevo órgano» formará parte de la belleza que se puede admirar y escuchar.
