VERÓNICA VIÑAS | LEÓN 17/12/2014
Una tarjeta abre todas las puertas de la Catedral de León. Es la nueva propuesta del Cabildo para 2015, tras el éxito de los abonos puestos en marcha hace dos años.
Actualmente, los 3.000 ‘socios’ que pagan seis euros anuales tienen acceso al templo gótico sin pasar por taquilla. La nueva ‘tarjeta de los leoneses’, como ha sido bautizada, permitirá recorrer todo el templo gótico sin restricciones. Contemplar la vidrieras medievales, ver las pinturas de Nicolás Francés que aún sobreviven en el claustro o los tesoros del Museo, como algunos de los mejores códices del mundo que se guardan en la cámara sellada construida en el Torreón —aunque en realidad es un cubo de la muralla—, será posible cualquier día y tantas veces como se quiera, por nueve euros al año. El único requisito: ser nacido o residente en la provincia de León.
A punto de concluir 2014, la taquilla de la Catedral ha recaudado más de 920.000 euros. En 2012 el Cabildo decidió cobrar entrada para hacer frente a las continuas obras de restauración que exige el templo gótico y ante la reducción de las subvenciones.
Una de las prioridades para el próximo ejercicio será resolver ‘el caso de las estatuas’. Las 23 esculturas del pórtico meridional —todas, excepto la Virgen Blanca, que es una réplica de los años cincuenta— fueron apeadas en 2007 y trasladadas al claustro, debido a su delicado estado de conservación.
Sin santos hasta 2026
El Cabildo asumirá la colocación de reproducciones en la portada principal de la Catedral, tras esperar durante siete años a que la Junta sufragara tanto el arreglo de las tallas góticas originales como la creación de copias. El plan es devolver al pórtico dos estatuas cada año. Es decir, hasta 2026 la fachada de la Catedral de León no volverá a estar ‘habitada’ al completo por santos, apóstoles y vírgenes.
El principal dilema es: tradición o tecnología. El Cabildo deberá resolver si acepta la oferta del alcalde para que las esculturas se hagan en Escuela Taller, lo que reduce los costes únicamente a los materiales; o si bien recurren a proyectos pioneros en el campo de la digitalización escultórica. «Ambas opciones, lógicamente, tienen sus pros y sus contras», según el administrador de la Catedral, Mario González.
En el primer caso, es preciso volver a trasladar las estatuas —con los consiguientes riesgos— desde el claustro, donde se encuentran ‘provisionalmente’ desde 2007, hasta la Escuela Taller. La Catedral ya tiene la experiencia de La Virgen de la Consolación. La talla, del siglo XIII y del mismo autor que la célebre Virgen Blanca, está en un gravísimo estado de conservación por culpa de su ‘doble’. El siglo pasado se hizo una réplica, aunque de menor tamaño, de esta estatua ubicada en una hornacina del claustro de la Catedral de León, para colocarla en el arco de Nuestra Señora de Regla —las escalerillas que dan acceso desde la obra hospitalaria a la calle de los Cubos—. Los artistas dañaron la escultura original en el proceso de ‘sacado de puntos’, una milenaria técnica empleada en escultura que consiste en determinar las distancias en el modelo y traspasarlas al bloque de piedra.
El problema de las nuevas tecnologías es que son muy caras. Otra posibilidad que estudia el Cabildo es repartir el trabajo entre varias empresas. Una primera estimación calculó en 25.000 euros el coste de cada réplica, así que la factura total asciende a 575.000 euros.
